Crecí en una familia de empresarios y mi primer trabajo fue con abuelos, padres, tíos, hermanos, primos, tíos segundos, primos segundos. ¿Tíos segundos y primos segundos? ¿Por qué los llamamos así? Bueno, el caso es que éramos una tropa y era una gran empresa. Y digo “era” porque no sobrevivió a la tercera generación. Un clásico.

Convivir con la empresa familiar no es nada fácil y, a pesar de saberlo y vivirlo en primera persona, decidí rizar más el rizo y trabajar con marido.com. Y fue estupendo, porque me ayudó en la tan deseada conciliación laboral. Y no, la conciliación laboral no es como la isla de San Borondón: existe de verdad.

Vaya, que en eso estaba cuando me surgió la oportunidad de iniciar mi carrera como gerente y, durante más de 10 años, pasé por empresas donde aprendí y apliqué lo que te contaré por aquí.